miércoles, 11 de julio de 2012

EL ARTE DE LO ERÓTICO


Hay acciones que el hombre no puede evitar hacer. Desde tomar agua, hasta alimentarse y respirar, los impulsos naturales del ser humano están presentes en cada uno de los aspectos de su vida. El sexo es uno de ellos.

Aunque llega con más fuerza en la pubertad, los impulsos sexuales están presentes desde la niñez, incluso desde el feto, dando por sentado que los instintos sexuales vienen marcados en el ser humano desde su nacimiento. Es así también, que el hombre crea la necesidad de expresar (como ya es función del arte) esos instintos. Por ello nace el cine erótico, que es la expresión artística de la naturaleza del hombre, porque evoca los instintos innatos y los complementa con las técnicas cinematográficas, formando un arte puro y hermoso.
Si hablamos de erotismo, no lo podemos confundir con la pornografía, son dos términos totalmente diferentes que tenemos que diferenciar antes de entrar en caliente. El erotismo es, según Georges Bataille, ese “ardiente y pasional erotismo donde el ser amado (…) es asido, donde no se escapa, donde los seres en su discontinuidad se abren a la experiencia de la continuidad en el éxtasis, jugando así con los límites del ser”[1].
Así este poeta, ensayista, y novelista francés, nos aclara que el erotismo es exclusivo del hombre ya que no lleva como limite la procreación, como sucede en los animales. El erotismo es el uso de la sexualidad humana como herramienta para compenetrar cuerpo, mentes, y ser, y para llevar al éxtasis mental usando los instintos innatos presentes en todos nosotros.

La pornografía por otro lado, es “alienación (…) carece totalmente de significado”[2]. No representa las cualidades del erotismo ya que solo usa la sexualidad, y los genitales para satisfacer los impulsos sexuales, más no le da un complemento. Un uso que el erotismo reclama para satisfacer necesidades, pero no biológicas (sexuales), sino otras más metafísicas y emocionales.

Es así como la gran diferencia entre erotismo y pornografía, es que el erotismo usa toda la capacidad creativa, imaginativa, sexual y experimental del ser, y la pornografía solo se ocupa de mostrar aquello que excita, sin dar mayores indicios de creatividad o imaginación, solo dejando lo básico para lograr una erección en el hombre, o una buena excitación en la mujer.

Teniendo claro esto miramos que en el cine artístico, el uso del erotismo se hace presente, y forma una forma de arte hermosa, inigualable y muy acertada al usar un instinto humano que durante épocas (y que aún sigue siendo) y tabú. Una expresión de la naturaleza del hombre en su más sincero estar, algo que todos los seres humanos practicamos desde la más placentera compañía, hasta la igual de placentera soledad. El arte cinematográfico erótico rompe las cadenas de los paradigmas social o religiosamente impuestos, y usa la sexualidad de tal manera que crea con los cuerpos de los humanos, algo hermoso, natural y libre de las ataduras mentales retrogradas.

En la producción franco-japonesa, El Imperio de los Sentidos, la pareja formada por Sada y Kichizo, entran en una relación que gira alrededor del sexo. Más allá de parecer una obsesión patológica, los amantes derivan el placer de su sexualidad, con el amor y la posesión, llevando a la muerte entregada de Kichizo a manos de Sada, en un brote de pasión y placer que va más allá de lo físico. 

En esta película, observamos cómo el director, con juegos de planos y una historia que gira en torno a una pasión obsesiva, usa el erotismo para darles a los personajes el instinto sexual presente en todos, que busca el placer mediante la sexualidad y sensualidad, pero que en ellos se hace más fuerte. Las escenas no se concentran en el sexo, y no buscan excitar, simplemente las usa para mirar las personalidades, la esencia, el ser de Sada y Kichizo, y su trascendencia de lo placentero sexual, a lo placentero espiritual, usando la muerte como la herramienta para alcanzarlo.

Pero hay algunos que podrían considerar a El Imperio de los Sentidos, como una película pornográfica debido a su gran cantidad de escenas sexuales. Y casi siempre, aquellos que argumentan esto, podrían considerar que el erotismo no es una expresión artística, sino una corriente de la pornografía, que solo busca excitar y satisfacer instintos sexuales del espectador, con ausencia de arte en todo el proceso.

Quienes consideran al erotismo parte de la pornografía pueden entrar a afirmar que, al buscar la sexualidad, específicamente se tendría que hablar de pornografía, ya que esta es directa y busca la excitación como objetivo. El erotismo solo es más discreto, juega más con la imaginación, con la creatividad, pero sigue siendo pornografía porque asemeja la sexualidad del hombre recreada para la fantasía del espectador.

Nada más lejano a la realidad. El erotismo por sí mismo es discreto. No da todo directamente, sino que deja pedazos a la imaginación del espectador, y aumenta los instintos sensoriales activando los juegos de cámaras (en el caso del cine), la historia, la estética, el estilo y la actuación. No busca por sí mismo el placer del espectador, por el contrario, encuentra en la representación del sexo como naturaleza del hombre, su objetivo.

Como en el caso de Bella de Día, la historia de la hermosa mujer aristócrata, casada con un respetado médico, que de día se escapa a una casa de citas a recibir sexo como una prostituta a la que le gusta ser maltratada, pero manteniéndose casta en su hogar, ante la paciencia increíble de su marido.

Severine (la prostituta aristócrata), ve en su marido algo tan perfecto, que inhibe su deseo sexual, por lo que desahoga sus más bajas pasiones, con hombres desconocidos y ordinarios que bien podrían ser todo lo contrario a lo que cualquier mujer desea. Aquí el erotismo se hace presente. Como cada ser humano es distinto, así es el sexo. Los gustos varían, las personas varían, y el placer para cada cual puede representar algo totalmente distinto.

Es así como el erotismo en Bella de Día se hace presente con las relaciones sexuales, los juegos de cámara, las fantasías que tiene Severine siendo maltratada, y los juegos de roles que le exigen sus distintos clientes; todo esto para entender por qué una mujer que lo tiene todo, no está satisfecha y encuentra casi su felicidad y su satisfacción, en una casa de citas de mala muerte.

Esto es lo que busca el arte, mostrar y profundizar en la ambigüedad humana, en todos sus campos. El sexo forma parte importante de la vida del hombre. Lo motiva, lo condiciona, lo inspira y mantiene la especie viva. Es por esto, que para hacer pornografía solo se necesita dos órganos sexuales en acción sexual, pero para hacer arte con sexo, en el cine, se necesita jugar con la imaginación del espectador, resaltar la belleza de todo, la historia, la psique del personaje, las acciones y reacciones, y su mundo, su sociedad, sus imaginarios.

Con todo esto puedo afirmar, sin temor alguno, que el cine erótico forma un arte bello. Un arte perdurable sobre algo que es tan necesario para el hombre, como tomar agua o respirar: el sexo.


[1] Bataille, Georges. El Erotismo. Pensamiento Penal. Pag. 54. http://new.pensamientopenal.com.ar/sites/default/files/2011/09/filosofia01_0.pdf
[2] Koof, Jeff. Entrevista a The Guardian. 2004. http://www.revistadebate.com.ar/2012/02/24/5093.php

sábado, 7 de julio de 2012

EL SANTO DEL CEMENTERIO


En el occidente de Cúcuta, está ubicado el antiguo cementerio central. Histórico y desolado, donde descansan miles de almas. En su entrada hay dos ángeles hechos en porcelana y yeso, puestos de frente con una trompeta cada uno, haciéndolos  guardianes de este lugar sagrado.

 Muchas de sus tumbas, abandonadas, greteadas y deterioradas por el paso del tiempo, un desolado espacio en donde se percibe una sensación extraña al caminar por el, un paseo por laberintos, en donde la mayoría de tumbas están “adornadas” por fotos y flores marchitas, en donde sus visitantes son pocos y entre ellos encontramos a los encargados de los “arreglos” y a las palomas que se posan en las tumbas.

Una tumba en forma de capilla y con adornos que la hacen lucir bien, sobresale entre tantas que se encuentran en total abandono, un sinfín de placas de agradecimiento de diferentes tamaños adornan la pared del fondo y del espaldar, haciéndola resistente al tiempo y al olvido. Cantidad de adornos se encuentran dentro de la urna de vidrio. Fabio más conocido como el mico Isaza no fue ningún santo, fue una persona dedicada a la delincuencia, pero era un robin Hood criollo, despojaba a quienes tenían demasiado dinero para así repartirlo entre los pobres de los barrios aledaños y es esa tumba a la que muchos que creen en el acuden en busca de un favor, podría denominarse el santo del cementerio, son tantos los favores recibidos que no hay espacio para poner una replica mas.


"Luego de muerto el mico Isaza empezó a hacer milagros, y creo que la cantidad de placas de agradecimiento lo demuestran, soy participe de esto, muchas veces me ha sacado de apuros, le tengo su plaquita y le traigo flores cada vez que puedo" agregó Luis Rojas

Era un día soleado como de costumbre en la frontera, poca brisa corría y la gente se agolpaba en los alrededores del cementerio. Frente a la puerta, está el parque, donde trabajan varios vendedores de rosas y uno que otro vendiendo fotos del mico Isaza con números para hacer el chance; aquellos que a diario buscan un lugar en la pequeña plaza para lograr vender sus productos, los mismos que buscan ganarse la vida en este sitio al que llegan los que ya la perdieron.

Escasa gente transita por este sector, aunque está al pié de una redoma a pocas cuadras del centro de la ciudad. 17 – 35 es la numeración que indica la ubicación del cementerio, - un número bastante bueno para el chance – afirmó con tono burlesco uno de los transeúntes que pasaba por aquel sitio, borracho y con ropa andrajosa.

martes, 3 de julio de 2012

EL LADRÓN Y LOS VALORES




Calvino apunta sus valores, para aplicarlos a un antivalor.

En el cine la clasificación artística de las producciones cinematográficas puede resultar muy complicada. Partiendo desde la ambigüedad  que el arte mismo representa, hasta un nivel exacto de medir cualquier tipo de expresión como artística, o algo distinto a ello.

Teniendo en cuenta esto, el escritor italiano Italo Calvino propuso cinco valores estéticos para tener en cuenta en la obra de arte al momento de analizarla. Estos valores se complementan el uno con el otro y no se excluyen. También tienen en cuenta la subjetividad de cada ser, que no debe ser despreciada ya que esto es lo que hace al arte tan complejo y maravilloso.

Tomemos por ejemplo la producción cinematográfica italiana de 1948, dirigida por Vittorio de Sica, El Ladrón de Bicicletas. La película nos narra la desventura que pasa Antonio Ricci, en la Roma de la posguerra, donde el trabajo escasea y la situación es preocupante. Antonio encuentra trabajo pegando afiches de cine, pero para ello necesita de su bicicleta, la cual es robada justo el primer día de su trabajo, lo que lo lleva a una serie de situaciones desesperantes para poder encontrarla y así seguir laborando, lo cual resulta inútil.

Si analizamos El Ladrón de Bicicletas, podemos concluir que, efectivamente, contiene y cumple con todos los valores señalados por Calvino para ser considerada como obra artística. El valor de la levedad esta presente, por ejemplo, en la fluidez en la que es narrada la historia. Es simple, sin mayores complicaciones, pero esto no pierde sus simbolismos que indirectamente reflejan la trama social alrededor de la historia.

La lluvia que cae fuertemente, volviendo un panorama más gris sobre el ya desesperado Antonio, refleja, junto con el sitio donde se realiza la escena, la clase social pobre, siniestra, y casi sin valores, cuyas soluciones a sus problemas parecen cada vez más lejanas ante un estado que los olvida. También los textos sencillos, las situaciones claras y no pesadas, las tomas al aire libre, con actores naturales, y el particular realismo con el que es realizada esta producción, denota el valor de la levedad propuesto por Calvino.

Si tenemos en cuenta las escenas donde Antonio acude a una adivina para intentar saber el futuro de su bicicleta en vano, a la policía, o incluso a un compañero de partido, o la búsqueda en el mercado, además de las situaciones que derivan de la presión de su trabajo, e incluso encontrar al ladrón de su bicicleta, y que este termine impune y él sin reclamar justicia, podemos afirmar que la rapidez es un valor persistente en esta producción.

Los primeros planos, los giros, e incluso la capacidad de guiar la historia por ámbitos diferentes para perseguir un mismo objetivo (encontrar el ladrón, y la bicicleta), e incluso el giro al final, donde el inquisidor se vuelve el criminal, realza la labor del director movilizar la historia rápidamente, guiarla por caminos distintos, direccionarla en otros rumbos, pero persiguiendo un mismo objetivo que rápidamente vuelve a lo central, garantizan una rapidez propuesta por Calvino evidente e incuestionable.

Por los sitios usados para la grabación, los actores naturales, la situación verosímil, que puede sucederle a cualquiera en cualquier lugar, además de la triste realidad del final, la exactitud de El Ladrón de Bicicletas, no tiene discusión.

La desesperación de Antonio, la complicidad de su hijo Bruno, así como los sentimientos encontrados que tienen ambos al ver que el padre actúa de la manera que hacía unos momentos perseguía y condenaba, todo debido a la situación de injusticia social, inseguridad, pobreza, y otros factores que pueden ser perfectamente asimilables aún a esta realidad, a este tiempo, y a casi todas las sociedades.´

Escenas memorables como Antonio capturado por la gente en flagrancia mientras robaba la bicicleta, o la plaza llena de personas mientras el ladrón escapa dentro del tumulto, reflejan una sociedad necesitada e injusta, que lleva al más noble a hacer lo más bajo para no terminar derrotado en una batalla de evidente ganador.

Un lenguaje simbólico, representado en la visita a la adivina que augura algo predecible pero aplicable, la multitud reclamando justicia ante lo cual era totalmente opuesto cuando Antonio intentó hacerlo, la lluvia, la plaza llena de gente, las constantes tomas de plazas y pobreza, hablan de una manera no directa, sobre la injusticia en una sociedad decadente que no hace mucho sobre aquel que no tiene nada.

Esta es la visibilidad, un valor que, para Calvino, hace énfasis en aquello que no habla con las palabras, pero que está presente para dar a la historia ese trasfondo profundo que en el lenguaje se traduce como aquello que está presente permanentemente. Como sucede en la película, durante sus tomas, sus locaciones, sus actores, y las situaciones, el lenguaje es claro, aún cuando no se vea: la injusticia y la negligencia social.

A veces pareciera que en cualquier historia, hay hechos aislados que pierden relación con el eje temático. Aunque en El Ladrón de Bicicletas casi nunca se pierden del mismo tema, si se derivan acciones que parecen restarle trascendencia a la temática central, pero que, curiosamente, tienen relación con la comprensión y el análisis de la producción.

La multiplicidad es la co-relación y significado de las diferentes historias, y las otras cosas que parecieran alejadas pero que complementan la obra. En la película está presente en los giros que tiene, como la visita a la adivina, que con un “si no la encuentras ahora, no la encuentras nunca” augura de manera casi tonta, la triste realidad que va a enfrentar Antonio. O la multitud que lo acorrala por querer ajuiciar al ladrón de su bicicleta, luego que otra multitud lo acorrala, en harás de hacer justicia ante la prueba de él robando una bicicleta, o el llanto de Bruno, que queriendo salvar a su padre no deja escapar un trazo de decepción ante la triste caminata final.

Todas estas cosas, aplicadas a la levedad, rapidez, exactitud y visibilidad, configuran la multiplicidad, que reúne todos los elementos para hacer compleja, subjetiva y trascendente la obra de arte, que se cumple en El Ladrón de Bicicletas, y que, teniendo en cuenta los valores de Calvino, representa una gran obra de arte.  



lunes, 25 de junio de 2012

LANZAMIENTO DE CAMPAÑA DEPARTAMENTAL DE DETECCION OPORTUNA DE CÁNCER DE CUELLO UTERINO



La secretaría de la mujer, red de gestores sociales y el gobernador del departamento Norte de Santander, hicieron lanzamiento del plan piloto de la campaña departamental de detección oportuna de cáncer de cuello uterino, en el salón Eustorgio Colmenares de la Gobernación, se conto con la participación de la secretaria de la Mujer Olga Cristina Jaimes Galvis, la gestora social del Departamento, Laura Cáceres de Díaz, y representantes de las Asociaciones de Mujeres; Este programa contara con la ayuda y participación del Hospital Erasmo Meoz y el instituto departamental de salud.

Esto será el inicio de un trabajo en quipo que beneficiará a las mujeres de la región, que por ser de bajos recursos no tienen la manera de acceder a un examen de citología y tratamiento necesario por si algún problema se presenta.

“Los invito a participar a que hagan promoción a aquellas mujeres  no vinculadas al sistema, que no tienen régimen subsidiado como amparo de la salud, a esas mujeres va enfocada esta campaña” agregó Juan Agustín Ramírez, gerente del HUME
                                                                                                                                    
La administración departamental ofrece 1000 citologías gratuitas, con el fin de que se tomen las muestras respectivas y se lleve a cabo dicho tratamiento que corresponda al caso, esto con el objetivo de disminuir los índices de cáncer de cuello uterino.


“de las 1000 mujeres que se realicen la citología se les hará seguimiento a  aquellas que presenten algún problema, este proceso es un poco costoso y lleva tiempo, pero lo mas importante es que las mujeres que presenten problemas  puedan decir: me van a atender, me van a ayudar. Esta es la idea de esta campaña.” Afirmó Laura Cáceres de Díaz.

El 7 de julio se dará inicio a la campaña con la realización de las primeras citologías en el hospital universitario Erasmo Meoz, se espera la participación y colaboración de las presidentas de acción comunal de los diferentes sectores, que esto no pase a ser una actividad más de tantas, que se realice la respectiva invitación e intervención de esta campaña.  

Olga Cristina Jaimes, invita a las mujeres de la región para que se inscriban y formen parte de esta campaña, acercándose a la Secretaría de la Mujer o al Despacho de la Gestora Social con la fotocopia de la cédula, Sisben o ARS.
                                                                                                                                     

lunes, 18 de junio de 2012

AMAR Y MORIR



El amor es un tema central en el cine. Películas que idolatran este sentimiento que ha inspirado al hombre, y que se ha convertido en uno de los ejes principales para la creación de todo tipo de arte, lo envuelven, en  su gran mayoría, en una utopía de lo que debería ser, y de todo lo positivo que se encuentra en amar.

Resalta la felicidad que envuelve al hombre cuando lo siente, pero, en el cine, un tipo de amor se destaca por resaltar la inmortalidad: el amor inmortalizado con la muerte. La muerte es el complemento para el amor puro, ya que eterniza la permanencia de este en su auge, antes de modificarlo con el paso del tiempo.

Esta idea puede parecer disparatada, pero en el cine el más puro amor es el que está acompañado con una muerte que lo hace verdadero y eterno. Los amores más puros contados en las historias cinematográficas, siempre han venido acompañados de la muerte en el momento en el que más se aman, valiéndose de un toque más artístico que llega a penetrar en lo más profundo de la conciencia emocional del espectador.

Tenemos, por ejemplo, el caso de El Marido de la Peluquera. Una película francesa que relata la historia de un hombre con un marcado fetiche por las peluqueras. Con los años se fortalece y se casa con una. Se aman incondicionalmente. Se protegen el uno al otro, y son felices como nunca en sus vidas lo habían sido. Hasta que ella decide acabar con su vida justo en el momento más hermoso de su relación, argumentando que no quería que esa pasión, ese amor fuerte, y esa felicidad, se fuera deteriorando con el paso del tiempo hasta acabarse, como, según ella, siempre sucede.

Aquí vemos que este amor incondicional, completamente feliz, que hace completo tanto a la peluquera como a su marido, así como a las personas alrededor de ellos, se vuelve en efecto, eternamente duradero al terminar en el auge de la relación. El marido está destinado a extrañar esa eterna felicidad, sin que el tiempo haya hecho que la pasión se haya terminado, o la costumbre haya convertido el diario vivir en una monotonía aburrida y hasta insoportable. La muerte hizo perdurar ese sentimiento de manera perpetua.

Para demostrar esta idea, tomo como ejemplo una de las obras más relevantes de Friedrich Nietzsche, El Nacimiento de la Tragedia, en donde el autor habla de dos mundos que destacan la tragedia griega: el apolíneo y el dionisiaco. El primero representa la razón y el otro las banalidades de lo pasional e instintivo. Estos dos instintos tan diferentes caminan parejos, las más de las veces en una guerra declarada, y se excitan mutua­mente a creaciones nuevas (…) en este acoplamiento engendran la obra, a la vez dionisiaca y apo­línea, de la tragedia antigua”.[1]

Esta obra engendrada no es más que el arte puro, alimentado de la tragedia. La tragedia que mediante la muerte da fuerza al amor. Lo dionisiaco es la vivencia de la pasión, del sentimiento, de la felicidad que da la ambigüedad del amor. Lo apolíneo es la muerte. El final de la vida que da razón al argumento en el cual duraría para siempre sin acabar con el sentimiento.

Puede que haya conceptos que se opongan a lo que aquí planteo. Por ejemplo, existe el argumento que la muerte es un obstáculo para el amor, no lo eterniza, sino lo acaba al terminar por completo con la vivencia del sentimiento.

En su válida concepción que puede representar el concepto de muchos románticos, el amor es eterno en vida, y la muerte termina con el sentimiento, por tanto no lo eterniza, sino lo acaba. La tragedia no pasa a ser parte del complemento artístico, solamente a ser un agregado dramático que quita totalmente el verdadero significado del amor.

El amor en sí es un sentimiento que expresa la felicidad completa de tener a otra persona como complemento. Aquella que llena muchos campos emocionales y espirituales, y que puede elevar la razón de existencia a un nivel mucho más emocionante que cualquier otro sentimiento.

Sin embargo, la unión de lo apolíneo y lo dionisiaco forma, en el cine, una estructura de tragedia perfecta que convierte al amor en lo perfecto, en el sentimiento ideal que mezcla lo banal, lo instintivo, lo pasional, con lo racional. Los dos mundos que forman al hombre se complementan mutuamente para fortalecer el sentimiento que por tantos años ha movido el mundo.

Un claro ejemplo de esto, es la historia universal de Romeo y Julieta, y la obra cinematográfica de 1968 basado en este relato de amor de William Shakespeare. La historia es hermosa y cuenta con muchas décadas de admiración, pero no hubiese sido la misma sin el detalle de la muerte como inmortalidad para estos jóvenes enamorados.

En la obra cinematográfica, la muerte inmortaliza el amor entre los jóvenes. Otros elementos como la familia y la rivalidad, dan puntos de tragedia a la obra, pero lo dionisiaco como el amor y la pasión entre los jóvenes, y lo apolíneo como sus racionamientos de estar juntos, y la increíble manera como planean estar juntos, hacen que el agregado destino trágico inmortalice esta bella e irremplazable historia de amor, y así como en esta, la muerte siempre va a eternizar el amor al terminarlo en su auge, y no permitir que el paso del tiempo acabe con la belleza del sentimiento. Algunas de las más grandes historias de amor contadas, casi siempre terminan, con una muerte.




[1] ARSGRAVIS. Reflexiones de autores contemporáneos. El Origen de la Tragedia. http://www.arsgravis.com/revistas/revista1/article1/nietzsche.html

sábado, 19 de mayo de 2012

LA HEROÍNA Y LA MÁRTIR



Las dos Juanas, cuentan con elementos que las hacen muy distintas, a pesar de representar a la misma persona.


Las diferencias entre el cine mudo, y el sonoro son bastante amplias. Comenzando por el proceso sonoro que cambió totalmente la manera de percibir el cine y los contenidos que este nos mostraba, hasta la muy oportuna imagen a color, que enviaba un poco más de realismo y emoción en el espectador, viendo cada vez más semejante a la realidad lo que se le mostraba en esta pantalla gigante.

Sin embargo, el hecho de contar con color y sonido, no hace a este cine más oportuno y asimilable que el mudo y a blanco y negro. Un ejemplo claro de esto son dos películas que, aunque traten el mismo tema histórico, sus diferencias son notables, al punto de una opacar totalmente a la otra, sin desmeritar el valor artístico de ambas: La Pasión de Juana de Arco (1928) y Juana de Arco (1999).

La Pasión de Juana de Arco es una producción muda, a blanco y negro, que cuenta las torturas y maltratos a los que fue sometido la conocida mártir y patrona francesa Juana de Arco, recordada por sostener que Dios le había hablado para llevar a Francia a la victoria en una guerra extensa que se llevaba con Inglaterra, y nombrar al Delfín, rey definitivo del país galo.

En 1928 el cine mudo aún tenía trascendencia a pesar que nacía en Estados Unidos el cine sonoro. Su director, Carl Dreyer (una eminencia en la cinematografía histórica), optó por dejar a un lado la historia de la heroína para concentrarse en la mártir, en su juicio, y en la tortura física y psicológica a la que fue sometida para forzar una confesión en la que aceptaba la invención de su historia divina en la que Dios le hablaba.

Por otro lado está Juana de Arco. Una película sonora y a color, que relata toda la historia de la heroína francesa. Desde su infancia, pasando por su adolescencia y los principios de sus visiones divinas en las que Dios le manifestaba llevar a la victoria a Francia, y a la coronación del Delfín como el rey.

Esta producción de 1999 se caracteriza por mostrar una cara distinta a la historia de la mártir. Su director, Luc Besson, se concentró en relatar la historia completa de Juana mirando un punto fijo en todo el desarrollo del largometraje: la verdad de su llamado divino.

Estas dos películas difieren mucho, pero la verdadera esencia de ambas parte en un mismo personaje desarrollado de dos maneras distintas. La heroína de Besson, encarnada por Milla Jovovich, es una mujer que deja dudas sobre su condición mental. Una guerrera decidida marcada por la crueldad del enemigo, que decide vencer de una manera muy precisa su pesadilla, enfrentándola directamente, disfrazándola de un mensaje divino.

La película cuenta con algunos diálogos que sobran, expresiones que pueden ser usadas de mejor manera, y momentos en los que, al parecer, lo más importante a resaltar, son las escenas de guerra y no la esencia espiritual y  humanista detrás de la historia de Juana de Arco. La actuación de Jovovich es resaltable, pero mal concentrada por el director y el guión, en una Juana sedienta de venganza que justifica su guerra con los deseos de hacer justicia.

Por otro lado, la mártir de Dreyer, es una mujer dolida, tratada injustamente, que se mantiene firme a pesar de su tortura física y psicológica. Con primeros planos que realzan las expresiones faciales de los actores, el director nos sumerge en la dolencia de Renée Jeanne Falconetti, quien encarna una Juana de Arco amarrada a sus ideales espirituales, y sufrida por la falta de compasión e injusticia del tribunal que la acusa de hereje.

Con los permanentes primeros planos, estamos ante lo que puede ser una de las mejores historias contadas del cine, y una de las mejores actuaciones del cine mudo. Una historia que gira en torno a un juicio que tiene un final ya contado, pero que hacen que el espectador quiera entrar dentro de la película para hacer justicia.

Los primeros planos nos permiten ver unos rostros naturales, las expresiones que agobian la tortura de Juana, y la malicia pura de aquellos que la juzgan e intentan hacer rendir su inquebrantable espíritu que permanece firme hasta el final. Es sin duda una obra maestra que demuestra que el cine mudo, a pesar de no tener la facilidad del audio ni el color, puede elaborar un gran espíritu artístico, superior algunas veces, a las ventajas del cine actual.

Es así como vemos que dos caras de esta historia, pueden cambiar ampliamente dependiendo de la manera como se cuente. La heroína de Besson es una mujer fuerte, intachable, pero que su mandato divino se ve opacado por su deseo de venganza, que añadido a los diálogos innecesarios y la excesiva atención a las batallas aventajadas con el color y el sonido, hacen que la historia se torne más como una suposición de lo que puede ser.

La mártir de Dreyer, por su parte, es una mujer dolida, casi totalmente devastada física y espiritualmente, cuyos verdugos carecen totalmente de compasión y justicia aparente, y que desean ver destruida a la mujer que fuertemente resiste sin decaer. No cuenta con audio, no cuenta con color, hay una constante muestra de rostros para contemplar la personalidad y el mundo de cada personaje. Esta obra maestra, cierra el círculo para determinar que, en el cine, el color o el sonido no es importante, siempre que la historia se sepa contar, y se sepa determinar al objetivo artístico al que pertenece.